Dijiste "se acabó", y tu voz me sonó sintética. Como si no fueses tú quien pronunciaba aquellas palabras archirepetidas en tantas películas. Como si fuese un compendio de todas las voces de actores que habían pronunciado la frase que una nunca quiere oir. Tu voz metálica, tu voz fría e impostada, justo como quedó mi corazón: aleación de los metales más duros y difíciles de fundir, frio e impostado también, ensayado cada uno de sus latidos.
miércoles, 26 de mayo de 2010
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
"Tu voz metálica, tu voz fría e impostada, justo como quedó mi corazón" me gustaaaa jaja
ResponderEliminarbesoss!